A menudo solemos pensar que las artes marciales están relacionadas con alumnos o niños violentos que buscan desahogarse mental y físicamente pero no es del todo correcto, existen muchos niños que
práctican estos deportes y que son tranquilos, serenos y tienen un mayor autocontrol tanto emocional como corporal.
Ya sea en KICKBOXING, JUDO , o cualquier otra de las disciplinas que contemplan las artes marciales, los maestros están abiertos a recibir y entrenar niños y niñas desde muy temprana edad. Para
los más pequeños, las clases van más hacia el aprendizaje de movimientos y coordinación corporal, sin mayor contacto físico. Una vez que los alumnos controlan perfectamente su cuerpo y son
conscientes de sus movimientos, los chicos comienzan con sus primeros combates, los que son supervisados por el entrenador o sensei, y se hayan marcados por un profundo respeto entre ambos
contendores, los que durante los años anteriores han aprendidos importantes técnicas de disciplina y auto control.Los combates siempre se realizan con todas las protecciones necesariasa como
bucal, casco, guantes, espinilleras, vendas, etc. y servirán como una simple aproximación para superar sus miedos, ningún alumno saldrá dañado de ellos ya que estará mediado por el monitor o
docente.
Las artes marciales son ideales para niños tímidos, con problemas de concentración, inquietos o con baja autoestima. Allí, junto a compañeros y guiados por un profesor experto, aprenderán sobre su cuerpo, a controlar su energía y como volcarla positivamente, por lo que comprenden la importancia del auto control frente a la violencia.
Muchos lo ven como un deporte individual, pero las artes marciales son un trabajo de equipo en los que los niños forman fuertes lazos y amistades, ayudándose los unos a los otros y aprendiendo a respetar al maestro, lo que les servirá de mucho en los años de adolescencia. En todas las ciudades existen centros de artes marciales que ofrecen clases para niños y muchos centros sociales y comunales disponen incluso de cursos gratuitos para los chicos, que de seguro agradecerán y trabajaran duro en el camino de crecer y convertirse en una persona fuerte, tranquila y capaz de resolver sus conflictos sanamente.
En las zonas de exclusión social, estos deportes tienen unos beneficios expectaculares ya que sus practicantes se alejan de los perjuicios que le rodean y se adueñan de un modo de vida y una filosofía de pensar que los puede sacar de una rutina lo menos beneficiosa.
Las actividades de lucha son susceptibles de ser aplicadas en el ámbito escolar, debido a la gran cantidad de ventajas que poseen:
Se desarrolla el sentido del tacto.
Se descarga y se controla la agresividad.
Se aumenta la responsabilidad.
Se desarrollan las habilidades motrices básicas.
Se incrementa la condición física.
Se valora continuamente el riesgo que supone la acción a realizar.
Se gana en seguridad.
Se necesitan constantes esquemas de percepción, decisión y ejecución para responder continuamente a la incertidumbre creada.
Se logra la educación integral del individuo y el desarrollo armónico de la personalidad, enfocando adecuadamente estas actividades.
Se libera el estrés.
Se favorece la integración de todos los alumnos/as ya que al partir de acciones naturales y espontáneas, los practicantes tendrán una especial implicación.
Se aprenden a aceptar las normas del grupo y a respetar al resto de compañeros/as.